De regreso de la facu pase por la casa de Adolfo y Romerito, éste ya estaba impaciente por la hora. Dejamos la mochila y nos tomamos un taxi para ir hasta la casa del Flaco Ferreira (Salteño, casi medico, y de gran habilidad para la parrilla). Al abrir la puerta de entrada, el olorcito a asado empezaba a preludiar una más de las noches interminables de guitarra, vino y charla amena con amigos que ya es una tradición en el domicilio de Ferreira. Adentro aguardaban, con cartas en mano y gritos truquivos el resto de la barra. Los Riojanos Adolfo (el cumplañero) Esteban y Enzo (hermanos), el cumpa (¿estudiante?), oscar (polifacético) y zeta (un nuevo amigo). El resto de los comensales, una mixtura de tierra y tonadas; Pablo (reciente medico, el otro cumplañero y de dedos guitarreros), el mismo Ferreira y su novia Julia,
Las guitarras empezaron a moverse impacientes en sus estuches, mientras Pablo y el cumpa se hacían los desentendidos. En los papeles el Cumpa rendía a las 8 de la mañana (¿Habrá rendido?), por eso recordaba cada momento que no podía tomar ni un a gota de alcohol y a cada invitación respondía con el ceño fruncido “…nuuuuu” como si se le estuviese ofreciendo droga.
De golpe todo estuvo listo; el flaco al bombo (ese que está debajo de su madre en el escalafón de sus estimas), el Cumpa y Pablo a la guitarra y en los recitados Oscar, previa presentación que al cerrar los ojos hacia imaginar el escenario mayor de
Todos cantaron esa noche, … vá todos menos Romerito.
La mañana nos encontró saliendo del departamento del flaco, con andar cansino y zigzagueante pero ya planificando la próxima juntada.
Un hobbie se vuelve aburrido cuando se pretende hacer de ello una profesión, cuando se lo quiere formalizar. Esta es una pagina personal, un blog, una forma de distenderme!
sábado, abril 30, 2005
Cronicas de Un Cumpleaño Compartido
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