jueves, mayo 29, 2008

Hora de izar velas

Cada cierto tiempo, los tambores empiezan a sonar en mi pecho. No se si es la necesidad de mantenerme en movimiento, o cobardía errante de aquel que se fuerza al desarraigo. Pero la verdad es que cuando suenan, es hora de marchar, de sacar mis uñas de aquello a lo cual me aferraba, es hora de armar bolsos, mirar hacia delante, hacia la esperanza, y dar ese paso de pie pasado.
Es por ello que unos días a tras presente mi renuncia en la empresa donde trabajaba. Y a la cual estaré agradecido. Más allá de los defectos que todas las organizaciones tienen, EDS me brindo la oportunidad de dar mis primeros pasos en la industria, de conocer gente muy pero muy interesante, de crecer. Pero no me voy por capricho, abulia, o cobardía. Me voy por que he recibido un reto por parte de la vida, me voy a liderar un proyecto, una gran oportunidad que los informáticos siempre esperamos, a otra empresa, a una más pequeña, más desafiante, mas calida, más arriesgada, más a mi medida.
Me voy para crecer, para aprender, para probarme a mi mismo, o simplemente para izar velas en el mar y marchar directo hacia la tormenta. Mi mano se levantó cuando alguien grito a lo lejos, entre desesperaciones y buscando un milagro.
No va a ser fácil, no tengo experiencia. Pero son estas las situaciones donde los hombres se convierten en bronce.
Tomaré la chancee.

viernes, mayo 16, 2008

¿Cual es nuestro miedo más profundo?

"Nuestro Miedo mas profundo no es el de ser inadecuados. Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos aterra. Nos preguntamos a nosotros mismos ¿Quien soy yo para brillar, para ser magnifico, talentoso, fabuloso? De hecho, ¿quien eres para no serlo? Tú eres un hijo de dios. El que te consideres menos no ayuda al mundo. No hay nada brillante en empequeñecerse para que otros no se sientan inseguros al lado tuyo. Todos estamos destinados a brillar, como brillan los niños. Nacimos para hacer manifiesta la gloria de dios a través de nosotros mismos. No yace solo en algunos, está en todos nosotros. Y cuando dejamos que nuestra propia luz brille, inconcientemente alentamos a otras personas para que hagan lo mismo. A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra sola presencia automáticamente libera a otros."