lunes, junio 27, 2005

Poniendome al día

Muchas cosas pasaron en todo este tiempo, pero no las pude ir posteando por que me encontraba persiguiendo números para mi libreta estudiantil. Por suerte todo va saliendo bien y un semestre más se esta agregando a mi analítico. Por donde comenzar a contar todo lo que este tiempo represento en mi vida. Ya se voy a comenzar por el anillo que Manu gano unos días atrás. Jamás dije que soy fanático del básquetbol y en esta Argentina futbolera eso es distinto. Pero no un fanático de los últimos tiempos, soy un fanático de siempre. Por que? Quizás por que cada minuto es excitante, por que el tiempo, el peor enemigo de los hombres, también lo es en el básquet. Los finales cerrados, donde cada segundo cuenta, donde cada punto cuenta. Recuerdo la bronca del mundial, la emoción de la medalla de oro, y finalmente el campeonato de los Spurs. Denominador común de todos estos logros es el Maradona de pelota en mano, Emmanuel Ginobili. Un hombre libre de cuestionamientos. No un dios, y eso es lo destacable, solo un gran hombre.
Pasaron también algunas cosas en la facultad que me serán difíciles de olvidar, pero fáciles de perdonar.
Y hoy también fue para mí un día distinto. A la mañana al chequear mis mails me encuentro con uno que llamo mi atención. La mesa regional de franja morada de La Rioja fue renovada. Años atrás milite políticamente en la UCR, y tuve el honor de ser el normalizador de esta agrupación. La cual no existía, jamás la mesa regional se había conformado, y un grupo de amigos decidió que debía ser yo la persona que llevara a adelante ésta utopía. En una mesa alumbrada por un foco desde arriba se planeaba lo que hasta el momento parecía imposible de lograr. Después de allí los años pasaron rápido pero dejaron cicatrices. Nos enfrentamos a las estructuras políticas carnívoras e invencibles, y puedo decir con orgullos, mis amigos, que jamás claudicamos que jamás vimos por encima del hombro algún desafió o injusticia, que jamás callamos cuando el silencio represento cobardía.
Unos días después de terminar mi mandato en franja morada, la vida tenia reservado para mi otra misión, la mas difícil, la de ser un profesional. Todavía tengo en mis retinas algunas imágenes de esos días, algunas que arrancan lagrimas y otras sonrisas.
Esta mañana, al ver la foto del mail, solo sonreí, con una pequeña mueca y de costado, esa mueca que solo identifica el orgullo. De la mesa solo conocía a tres personas. Ese hijo que un día ayudé a parir no solo aprendió a caminar si no que también ya anda en bicicleta. Las instituciones viven mas allá de sus miembros, tienen su propia experiencia y conciencia, cometen sus errores y disfrutan de sus aciertos. Yo forme parte de un grupo de hombres que ahora están diseminados en todo el mundo y que viven realidades deferentes, hombres con los cuales camine por tierra de gigantes.